Investigadores de la Universidad de Stanford encontraron una molécula «contra el hambre», llamada Lac-Phe, que normalmente solo se produce después de un entrenamiento intenso.
Después de darles esta molécula a ratones obesos, se descubrió que no solo habían comido un 30% menos, sino que también pesaban menos a largo plazo. También tenían un porcentaje más bajo de grasa corporal y una mejor regulación del azúcar en la sangre, según un estudio publicado en la revista Nature.
El Dr. Yong Xu, del Baylor College of Medicine, afirma que la investigación podría conducir a la creación de “una píldora para combatir la grasa”.
“Esto podría conducir al desarrollo de una píldora que se puede usar directamente para suprimir el apetito de ciertas personas que no pueden hacer ejercicio fácilmente debido a otras afecciones, envejecimiento o problemas óseos”, dijo a New Scientist.